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sábado, 31 de julio de 2010

Amigos

Más vale tarde que nunca. Por fin encotré cómo dejar un mensaje claro de saludo a los amigos, que aunque sean muy pocos, siguen siéndolo.



You've got a friend
Carole King
Carole King & James Taylor - Live At The Troubadour - abril de 2010


you've got a friend
when you're down and troubled
and you need some loving care
and nothing, nothing is going right
close your eyes and think of me
and soon i will be there
to brighten up even your darkest night
you just call out my name
and you know wherever I am
I'll come running to see you again
winter, spring, summer or fall
all you have to do is call
and I'll be there
you've got a friend
if the sky above you
grows dark and full of clouds
and that old north wind begins to blow
keep your head together
and call my name out loud
soon you'll hear me knocking at your door
you just call out my name
and you know wherever I am
I'll come running to see you again
winter, spring, summer or fall
all you have to do is call
and I'll be there
ain't it good to know that you've got a friend
when people can be so cold
they'll hurt you and desert you
and take your soul if you let them
oh, but don't you let them
you just call out my name
and you know wherever I am
I'll come running to see you again
winter, spring, summer or fall
all you have to do is call
and I'll be there
you've got a friend


tienes un amigo
cuando estés triste y preocupado
y necesitas una mano amiga
y nada, nada va bien
cierra los ojos y piensa en mí
y pronto estaré ahí
para iluminar hasta tu noche más oscura
sólo tienes que pronunciar mi nombre
y ya sabes que donde quiera que esté
vendré corriendo a verte otra vez
invierno, primavera, verano u otoño
todo lo que tienes que hacer es llamar
y yo estaré allí
tienes un amigo
si el cielo encima de ti
crece oscuro y lleno de nubes
y ese viejo viento del norte empieza a soplar
mantén la calma
y pronuncia mi nombre en voz alta
pronto me escucharás golpeando a tu puerta
sólo tienes que pronunciar mi nombre
y ya sabes que donde quiera que esté
vendré corriendo a verte otra vez
invierno, primavera, verano u otoño
todo lo que tienes que hacer es llamar
y yo estaré allí
¿no es bueno saber que tienes un amigo
cuando la gente puede ser tan fría
te lastimarán y te abandonarán
y se llevarán tu alma si los dejas
ah, pero no los dejes
sólo tienes que pronunciar mi nombre
y ya sabes que donde quiera que esté
vendré corriendo a verte otra vez
invierno, primavera, verano u otoño
todo lo que tienes que hacer es llamar
y yo estaré allí
tienes un amigo

domingo, 18 de julio de 2010

Rey del lavabo

Debo confesar que comencé a leer la nota extrañado por el título "Rey del lavabo" y atraído por las notas al pie de las fotos refiriéndose a una de las entrañables librerías de Buenos Aires y de una atiborrada Callao.

Quien ha conocido Buenos Aires seguramente se ha sentido atraído por esas librerías enormes, con todo su frente abierto a la calle y con innumerables mesas abarrotadas de libros. Sitios donde uno puede dedicarse a curiosear entre sus mesas y estanterías sin que lo interrumpan, e incluso tomar uno de esos libros , hojearlo y detenerse a leer una parte.

Con el tiempo fueron agregando mesas y servicio de bar, con lo que tuvieron la posibilidad de retener aún más al visitante.

Por todo esto, me llamó mucho la atención el título ..... ¿Rey del lavabo?

Pero, no demos más vueltas, les copio la nota completa (no tiene desperdicio) que aparece hoy en la contratapa del diario El País firmada por Manuel Vicent.

Como siempre, el link aquí

Rey del lavabo

MANUEL VICENT 18/07/2010

Un literato mitómano lo primero que hace al llegar por primera vez a Buenos Aires es olisquear el rastro que dejó Borges en distintos cafés y confiterías. Ese olfato de perro puede llevarte al Richmon de la calle Florida, al Tortoni de la avenida de Mayo, a la Biela frente al cementerio de la Recoleta, al restaurante Lola que está al lado de donde Borges comía con Bioy Casares o a cualquier boliche de la calle Maipú. Así lo hice yo cuando llegué a esa ciudad para la toma de posesión de Alfonsín, en 1984, durante aquella fiesta democrática con todos los fantasmas sangrientos de la dictadura militar flotando todavía en el aire. Lo mejor de estos itinerarios, quienquiera que sea el personaje que busques, en caso de que esté vivo, es que nunca se encuentra en ese lugar. Un camarero te dice: "Ese señor ya hace mucho que no viene por aquí". Si está muerto, el encargado te muestra la mesa donde solía tomar una zarzaparrilla. También puede uno usar el lavabo pensando que ese gran escritor se alivió contra la raja de limón que hace espuma en el fondo del urinario.

Desde entonces he ido a Buenos Aires muchas veces, siempre con agrado, sin perder la mitomanía. En otros viajes he seguido la ruta de Borges y una de ellas me llevó al hotel del Tigre donde se suicidó Lugones. En todas las ocasiones he visitado la librería Clásica y Moderna en la calle del Callao, que es a la vez café concert, botillería intelectual, refugio de lectores y artistas, un establecimiento muy famoso regido por una mujer divina, Natu Poblet. Pero en el último viaje me sorprendió que al entrar en el establecimiento, las camareras, los clientes habituales del café, los dependientes de la librería y algunos lectores me recibieran con una mezcla de admiración y de pasmo, una desmesura que no se correspondía en absoluto con mi nombre. El revuelo solo era comparable al que se dedica a un artista de cine muy famoso. Esa noche cantaba blues una lánguida llamada Mimí Kozlowski. Durante su actuación a media luz oía cuchicheos de asombro a mi alrededor, "es él, es él", decían unos con ojos desorbitados, otros con un gesto de incredulidad. No salí de dudas hasta que fui al lavabo.

En cualquier café o discoteca de moda se hace cada vez más difícil interpretar el símbolo que distingue el lavabo de hombres y el de mujeres. Antes de que llegara la posmodernidad a los retretes públicos en cada puerta estaba escrito con todas las letras la palabra caballeros o señoras. Bastaba con saber leer para no equivocarse, siempre que uno tuviera claro a qué género pertenecía, algo que muchas veces no es nada fácil. El autorretrato de Durero o la imagen de la Gioconda fue la primera alternativa clásica, pero después la disyuntiva se fue complicando. Una simple inicial, unos labios rojos o un bigote, una pipa o un tacón de aguja, un sombrero de copa o una pamela, signos cada vez más abstractos y ambiguos hacían que uno se confundiera en la encrucijada sobre todo si iba borracho y al abrir una puerta se oyera dentro un grito femenino o al revés.

El lavabo del café concert de la librería Clásica y Moderna está situado en un altillo. Allí descubrí todo el misterio de mi fama inesperada. En la puerta del retrete de caballeros me encontré con la foto de mi rostro de regular tamaño, sin más explicaciones. Se supone que en ese espacio mi imagen era el símbolo de una parte excretoria de la fisiología masculina, la más secreta y solo debido a eso yo era famoso entre los dependientes y la clientela habitual del establecimiento. Una mezcla de vanidad y decepción se apoderó de mi ánimo. El asombro al verme entrar en el café no se debía a que yo hubiera escrito un libro o algún artículo memorable. Simplemente yo era el señor cuyo rostro estaba en la puerta del retrete de caballeros, un espacio angosto y unipersonal, que en ese momento estaba ocupado. Quise usarlo.

Mientras esperaba mi turno pensé que, sin duda, yo era el monarca absoluto que daba entrada al lavabo de caballeros, un reino de apenas tres metros cuadrados. Después pasé por la prueba de entrar en mi propio reino para ejercer mi función real y el tipo que estaba dentro, al salir, se tropezó con la visión de mi rostro y lanzó un grito de pánico como si acabara de ver un fantasma. Consulté el caso con mi psicólogo, que es argentino, valga la redundancia. En principio yo no sabía si mi foto pegada a la puerta de un retrete de caballeros debería ser tomada como un homenaje o como una forma de mandarme a la mierda. El psicólogo me dijo que servir de guía a los hombres en ese momento era un reconocimiento más importante que cualquier medalla.


Seguro que, después de esta nota (la del periódico, por supuesto), Clásica y Moderna, y sobre todo sus baños, tendrán un aluvión de visitas.

lunes, 12 de julio de 2010

Mi viejo

Siempre, siempre quedan cosas sin decir. Aún más cuando estás lejos y ni siquiera podés llegar a despedirte.

Pero estoy seguro de que él sabía que todo esto pasaba por dentro nuestro.




Piero: Mi viejo

Es un buen tipo mi viejo
que anda solo y esperando,
tiene la tristeza larga
de tanto venir andando.

Yo lo miro desde lejos,
pero somos tan distintos;
es que creció con el siglo
con tranvía y vino tinto.

Viejo mi querido viejo
ahora ya caminas lerdo;
como perdonando al viento
yo soy tu sangre mi viejo
soy tu silencio y tu tiempo.

El tiene los ojos buenos
y una figura pesada;
la edad se le vino encima
sin carnaval ni comparsa.

Yo tengo los años nuevos
y el hombre los años viejos;
el dolor lo lleva adentro
y tiene historias sin tiempo.

Viejo mi querido viejo,
ahora ya caminas lerdo
como perdonando al viento;
yo soy tu sangre mi viejo
soy tu silencio y tu tiempo.

yo soy tu sangre mi viejo
yo soy tu silencio y tu tiempo.

viernes, 2 de julio de 2010

Papeles

El pasado 7 de junio se me vencía el pasaporte español.

Siendo previsor pedí la cita previa para el viernes 4 de junio para ir a renovarlo y, de paso, sacar el DNIe. (se pide por internet, te dan día y hora, y en una hora se sale de la comisaría con el DNIe y el pasaporte)

Al ir ese día a la comisaría descubrí que había extraviado el certificado de empadronamiento (constancia del domicilio) y me dijeron que sin ese certificado no podía hacer nada.

Mala suerte, cancelé la cita y pedí otra, que me la dieron recién para el 3 de agosto. Como no tenía ninguna prisa la acepté y listo. Por supuesto que después averigüé que si prestaba mi consentimiento para que verifiquen la base de datos de domicilios no era exigible ese certificado, pero yo no lo sabía y el que me atendió o no lo sabía o no tenía ganas de trabajar.

Pero, como no podía ser de otra manera, me surgió la necesidad imperiosa de viajar a fines de junio.

Después de algunas averiguaciones, me entero que hay una comisaría en la Terminal 4 de Barajas que, con el billete en mano y DNI vigente, emite un pasaporte de urgencia únicamente el mismo día del viaje.

Iluso de mi creí que estaba todo resuelto. Compré los billetes para el viernes 2 de julio (hoy) y a primera hora me presento en la comisaría.

Tenía unas diez personas (en realidad diez familias) delante mío. Me puse cómodo y me dispuse a esperar pacientemente.

Media hora después empiezan a oirse rumores cada vez más intensos, y termino enterándome que se habían estropeado las dos impresoras, apenas habían llegado a emitir un par de pasaportes.

Después de un buen rato nos avisan que no pueden hacer ningún pasaporte más y nos sugieren que salgamos a recorrer comisarías a ver si en alguna tienen algún hueco en sus citas, algo totalmente absurdo cuando están dando cita para octubre ....

Pueden imaginarse la escena: familias que tenían que embarcar en sus vuelos apenas una o dos horas después, todos con billetes que no admiten cambios ni devoluciones, chicos llorando, parejas discutiendo .....

Conclusión: me reafirmo como sobrino de Murphy.

Finalmente decido irme y volver por la tarde, ya que el vuelo era para las 22 hs.

A las 18 horas estoy de nuevo en la comisaría: las impresoras siguen patitiesas y el técnico dispone de 24 horas para ir a repararlas ........

Finalmente, hablando con los policías, me dicen que puedo salir de España con el pasaporte argentino (aunque nunca haya registrado entrada con él), entrar y salir de Argentina con ese mismo pasaporte y, al regresar, entrar con el pasaporte español que, aunque esté vencido, no pueden impedirme el ingreso.

Me voy a los mostradores de Aerolíneas Argentinas y me dicen lo mismo. Facturo el equipaje y me entero que el vuelo saldrá con una hora y media de retraso.

Bueno, tiempo para comer algo (estaba solo con el desayuno).

A las 21 hs me decido a entrar. Paso por los controles (me obligan a dejar la botellita de agua pero ni se enteraron del alicate, el cúter y la tijera plegable) y encaro el control de pasaportes.

Pongo mi mejor cara de poker y le doy la tarjeta de embarque y el pasaporte español.

Lo mira, pasa varias páginas, lee todo, mira la foto .... me mira ... vuelve a mirar la foto ... me vuelve a mirar ... y me dice: "Pase"

¿Alquien puede explicarme para qué me pasé todo el día con los nervios de punta ante la posibilidad de perder el viaje (y los casi 1200 euros del billete) ???????

Ahora estoy esperando para embarcar ...... con mi documentación fuera de regla y mi alicate , mi cúter y mi tijera, pero con otra botella de agua que he tenido que comprar dentro (a cuatro veces su precio normal)


Apunte posterior:

Por supuesto que las complicaciones no podías limitarse a solo esto.

Al llegar a Ezeiza e intentar pasar por Migraciones, la empleada se entretiene un poco más de lo normal con su pantalla.

Finalmente me dice:
"Hay un pedido de paradero, espere aquí" y se va con mi pasaporte a la oficina de Interpol.

Fue como un balde de agua fría. ¿y ahora qué? ¿un pedido de paradero? ¿y eso?

Después de media hora esperando (y viendo como la gente seguía pasando y me miraba como si fuera el peor de los delincuentes) viene un funcionario y me suelta:

"No pasa nada, era un homónimo"

¿alguna vez va a salir algo bien de primera intención? ¿o todo va a ser un parto con forceps?